Bombay: Nada podía levantar a Carlos Alcaraz bajo el iluminado Arthur Ashe Stadium. Ni la multitud que se apiñó detrás del jugador al que habían pagado para ver y al que apoyaron para que ganara después de casi todos los puntos que ganó. Ni los raros errores del oponente que el español siempre devolvía con mayor frecuencia. Ni siquiera la prominente sonrisa de Alcaraz en la cancha, que apareció en ráfagas a pesar de que la contienda se le escapaba de las manos.
El campeón del Roland Garros y Wimbledon parecía decaído desde el comienzo de su actuación el jueves por la noche en Nueva York. Y pronto quedó eliminado, en la segunda ronda del US Open, tras una floja derrota por 6-1, 7-5, 6-4 ante el holandés Botic van de Zandschulp.
Esta sería una de las mayores sorpresas en la memoria reciente de un Grand Slam, no solo considerando la consistente racha de Alcaraz, número 3 del mundo, en todos los torneos desde su irrupción, sino también por los recientes problemas de Zandschulp con las lesiones y su forma física que casi le hicieron dejar de jugar este deporte este año.
Se trata de la derrota más temprana del español de 21 años en un Grand Slam desde que cayó en la segunda ronda de Wimbledon en 2021, la temporada en la que comenzó a competir en el gran escenario. El holandés, número 74 del mundo, es el jugador con el ranking más bajo que ha derrotado a Alcaraz en un Grand Slam desde el debut del español en un Grand Slam en el Abierto de Australia de 2021. Alcaraz, con una racha de 15 victorias consecutivas en Grand Slams, solo había sido derrotado por jugadores del top 10 en los últimos dos años en ellos, y nunca antes de la fase de cuartos de final.
Zandschulp, ex jugador del top 25, no había ganado dos partidos seguidos en el circuito ATP desde mayo. Perdió en la primera ronda del Abierto de Australia, el Abierto de Francia y la segunda ronda de Wimbledon. El año pasado, luchó con problemas persistentes en los pies (contusiones en los huesos, esguinces de tobillo, desgarros de ligamentos, infecciones) que hicieron que su clasificación se desplomara y lo obligaran a descender al nivel Challenger.
Por lo tanto, se suponía que esta segunda ronda sería un duelo desigual. Y lo fue. Excepto que fue al revés.
Alcaraz era una pálida sombra de su colorido yo en la cancha, tanto en su juego como en su lenguaje corporal. Cuando Alcaraz mostró su talento original (globos, tweeners) en su primer juego de servicio, pero perdió el servicio en el mismo y cometió varios errores (terminó con 27), supiste que algo no iba bien. Cuando Alcaraz cometió su primera doble falta del partido enfrentándose a un punto de quiebre en el 5-5 del segundo set, supiste que algo no iba bien. Cuando Juan Carlos Ferrero se sentó tristemente en el tercer set y vio a un Alcaraz áspero siendo empujado por un Zandschulp en gran medida sólido, supiste que algo no iba bien.
“Fue una lucha contra mí mismo, ya sabes, en mi mente durante el partido”, dijo Alcaraz.
Esa mente, sin duda, parecía cocinada. Quizás más que el cuerpo.
Entre todos los jugadores en Nueva York, Alcaraz ha tenido la segunda mitad de 2024 más ocupada. El dos veces campeón de Grand Slam de esta temporada llegó hasta el Abierto de Francia, luego a Wimbledon y luego a los Juegos Olímpicos de París, donde le resultó difícil ver el lado positivo de su derrota final ante Novak Djokovic. Son tres torneos exigentes en tres meses. Y al presentarse al cuarto después de perder la primera ronda en Cincinnati, Alcaraz no rezumaba vigor, ni siquiera en su victoria de primera ronda, donde cedió un set.
“Últimamente he jugado muchos partidos. Roland Garros, Wimbledon, los Juegos Olímpicos”, dijo Alcaraz. “Me tomé un pequeño descanso después de los Juegos Olímpicos. Pensé que era suficiente. Probablemente no lo fue. Vine aquí sin tanta energía como pensé que iba a tener. No quiero usar eso como excusa. Pero (el calendario) es muy ajustado. Soy un jugador que necesita más días o más descanso antes de los grandes torneos. Tengo que pensar en ello y aprender sobre ello”.
Djokovic, en esa temporada 2021 en la que ganó los tres primeros Grand Slams y compitió en los Juegos Olímpicos de Tokio, estaba tan agotado como cualquiera por intentar competir en el US Open y el Grand Slam del calendario. Incluso con el tanque casi vacío, Djokovic llegó hasta la final. Alcaraz, en el pasado, ha hablado sobre abordar su tendencia inicial de carrera a decaer un poco en la segunda mitad de la temporada. Y este desplome en el US Open es otro recordatorio de eso, aunque en una temporada de la que pocos pueden presumir a los 21 años en la historia del tenis.
Alcaraz tampoco encontró soluciones en la cancha esa noche, ni pasó a un plan B ni a un nivel que le permitiera sobrevivir para luchar otro día. El español nunca ha ganado un partido con dos sets en contra. Cuando no es su día, Alcaraz no sabe “cómo gestionarlo”. No fue su día contra Zandschulp y, desde luego, no pudo hacerlo.
“No pude aumentar mi nivel. Creo que mi nivel se mantuvo en el mismo punto durante todo el partido y no fue suficiente para ganar el partido o para darme la oportunidad de entrar en el partido o intentar darme oportunidades”, dijo Alcaraz. “Entonces, ¿sabes qué puedo decir?”
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