Las despedidas, como dicen en el deporte profesional, son duras. Pero las despedidas también pueden ser hermosas, como lo han demostrado dos hombres que redefinieron el tenis moderno.
Un par de años después de que Rafael Nadal se uniera a Roger Federer en su último torneo para crear escenas que aún permanecen frescas en la memoria (los dos sentados uno al lado del otro, tomados de la mano, sollozando mientras se reproducía el video de despedida de Federer), fue el turno de Federer de evocar emociones en el acto final de Nadal. A través de la elocuencia de las palabras.
El día en que Nadal se presentó para competir como tenista profesional en su último torneo, representando a España en sus últimas ocho finales de Copa Davis contra Holanda en Málaga, Federer publicó una carta larga y conmovedora en las redes sociales para su buen amigo y gran rival.
“Mientras te preparas para graduarte del tenis, tengo algunas cosas que compartir antes de que me emocione”, escribió Federer.
Provenía directamente del corazón del suizo con clase; una rareza en el mundo actual de publicaciones impulsadas en gran medida por agencias y publicadas por deportistas de primer nivel. Resumió cuánto empujó Nadal, 22 veces campeón de Grand Slam, a Federer, 20 veces campeón de Grand Slam. Retrató sus batallas en la cancha, su relación fuera de la cancha y todo lo que debe ser el deporte en esos dos mundos distintos. Mostró lo que el tenis y el deporte en general extrañarán. Dos grandes auténticos, una rivalidad épica.
Leer más: Rafael Nadal pierde el partido de despedida en la eliminatoria de la Copa Davis de España mientras Botic van de Zandschulp pone fin a la asombrosa racha del español
“Sabes qué, Rafa, me hiciste disfrutar aún más del juego”, escribió Federer.
Los dos se enfrentaron por última vez en Wimbledon 2019, en una semifinal que ganó Federer. Sin embargo, los suizos comenzaron la carta mencionando lo “obvio”. “Me ganaste mucho”, escribió. Su enfrentamiento está 24-16 a favor del matador español, que fue especialmente letal contra el suizo con un elegante revés a una mano en arcilla. La batalla de Wimbledon de 2008, en la que Nadal ganó venciendo a Federer en la final, es considerada una de las mejores batallas de todos los tiempos.
“Me hiciste reimaginar mi juego, llegando incluso a cambiar el tamaño de la cabeza de mi raqueta, esperando lograr alguna ventaja”, escribió Federer.
Luego, Federer mencionó esos rituales en la cancha que definen a Nadal: esas botellas de agua colocadas sin concesiones “como soldaditos de juguete en formación”, el ajuste de su “pelo” y su “ropa interior”. “Todo ello con la mayor intensidad. En secreto, me encantó todo. Porque era tan único, eras tan tú”, escribió Federer.
Nadal llegó al circuito profesional, con esa cara de niño y camisetas sin mangas, cuando Federer estaba en la cima de su destreza. En su primer encuentro en las canchas duras de Miami en 2004, la temporada en la que Federer ganó el Abierto de Australia y escaló al número uno del ranking, Nadal lo arrasó en sets corridos.
“Todos esos rumores que había estado escuchando sobre ti, sobre este increíble joven jugador de Mallorca, un talento generacional, que probablemente algún día ganará un major, no eran sólo exageraciones”, escribió Federer.
“Ambos estábamos al comienzo de nuestro viaje y terminamos haciéndolo juntos. Veinte años después, Rafa, tengo que decir: Qué racha tan increíble has tenido. Incluyendo 14 Abiertos de Francia: ¡históricos! Enorgulleciste a España… enorgulleciste a todo el mundo del tenis”.
Federer también derramó algunos recuerdos fuera de su campo de batalla competitivo: de ese partido que jugaron en una cancha mitad de césped y mitad de arcilla, de romper récords de asistencia en un partido de exhibición en Sudáfrica, de esa sesión promocional que hicieron juntos donde simplemente no pudieron. No dejas de reír mientras dices sus líneas, de Nadal invitando a Federer a Mallorca para el lanzamiento de su academia en 2016. “En realidad, más o menos me invité a mí mismo”, escribió Federer.
Y para acabar con todo, Federer pasó a la recta final. Primero, por su cuenta, en la Copa Laver de 2022, donde, escribió Federer, “compartir la cancha contigo esa noche y compartir esas lágrimas será para siempre uno de los momentos más especiales de mi carrera”. Y luego, de la de Nadal.
“Hablaremos cuando esté terminado. Por ahora, solo quiero felicitar a su familia y a su equipo, quienes desempeñaron un papel fundamental en su éxito. Y quiero que sepas que tu viejo amigo siempre te está animando y lo hará con la misma fuerza por todo lo que hagas a continuación”.
Federer se despidió dirigiéndose a sí mismo como “fanático” de Nadal. Nunca habrá otro Nadal, otro Federer, otro Fedal.
Sé el primero en comentar