Fabricio Andrade salió de Bangkok sin su campeonato. Pero se fue sin nada más que respeto por el hombre que se lo llevó.
Enkh-Orgil Baatarkhuu sometió al brasileño con un estrangulamiento trasero desnudo en el cuarto asalto en UNA Noche de Pelea 38 el 5 de diciembre dentro del estadio Lumpinee en Bangkok, Tailandia. La derrota puso fin a la racha invicta de Andrade en ONE Championship MMA y coronó al segundo campeón mundial de MMA de Mongolia.
La derrota le dolió. Pero enfrentarse a un guerrero como Baatarkhuu suavizó el golpe. Andrade nunca subestimó al retador de 36 años de cara a su enfrentamiento en el evento principal. Sabía que el mongol aportaba credenciales legítimas y habilidades peligrosas.
Lo que lo sorprendió fue la resistencia sobrenatural que mostró su oponente. Andrade derribó a Baatarkhuu al comienzo del primer asalto. El producto de Tiger Muay Thai había construido su carrera con un devastador poder de nocaut que derribó a John Lineker y anotó un nocaut en 42 segundos sobre Kwon Won Il.
“Sabía que iba a ser un oponente muy duro, pero aun así me sorprendió mucho ver cómo podía recuperarse”, dijo. “Es un tipo muy duro y un oponente extraordinario”.
Fabricio Andrade admite que el entusiasmo le costó el campeonato
El brasileño creía que tenía a su alcance otra victoria destacada después de derribar al mongol temprano. Esa creencia se convirtió en su perdición. Su afán por presionar para llegar al final dejó oportunidades que Baatarkhuu aprovechó con una lucha implacable y un control del suelo asfixiante.
“Cada vez que golpeo a alguien, queda fuera y no regresa”, dijo. “Pensé que necesitaba terminar la pelea. Así que me apresuré un poco”.
En las rondas del campeonato, el impulso había cambiado por completo. El retador tomó el control y terminó lo que empezó. Pero incluso en la derrota, Andrade se niega a sacar el foco del momento de gloria de Baatarkhuu.
“Enkh es un gran hombre. Es una gran persona”, dijo. “Es el tipo más duro con el que he peleado y el tipo más duro que he visto”.
Andrade reconoce que muchos pasaron por alto a Baatarkhuu de cara a su pelea por el título mundial. Las conversaciones ya se habían desplazado hacia posibles futuros oponentes. Pero el ex campeón nunca cometió ese error. Ahora ve la pérdida como combustible para la evolución de cara a 2026.
“Los reveses sólo nos hacen más fuertes”, afirmó. “Necesito evolucionar para prepararme para mejorar y volver más fuerte”.






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