Jannik Sinner abrirá su campaña en el Abierto de Australia 2025 en Melbourne el lunes, contra el chileno Nicolas Jarry. Pero la participación del No. 1 del mundo en el evento de apertura de temporada del Grand Slam ha estado rodeada de controversia debido a un escándalo de dopaje. El año pasado, la carrera por el título del US Open 2024 de Sinner se vio eclipsada por un incidente de dopaje.
Se reveló que había dado positivo dos veces por un agente anabólico en marzo, pero luego su defensa fue aceptada por un tribunal independiente de que se debía a una contaminación no intencionada. En septiembre, la AMA apeló la decisión ante el TAS, que fue aceptada. El veredicto del TAS se emitirá este año.
Pero la estrella australiana Nick Kyrgios no está contento de que el juicio del TAS se lleve a cabo a puerta cerrada. En X, antes conocido como Twitter, Kyrgios escribió: “¿Por qué a puerta cerrada? Si no habéis hecho nada malo, que haya transparencia”.
Kyrgios ya atacó a Sinner por su caso de dopaje durante el Brisbane International y Novak Djokovic también expresó su preocupación.
Mientras tanto, el experto en dopaje Fritz Sorge, director del Instituto de Investigación Biomédica y Farmacéutica de Nuremberg, considera que el número uno del mundo debería ser suspendido. “Hay que suspender a Sinner porque cada deportista es responsable de lo que pone en su cuerpo. Si no lo fuera, la Agencia Mundial Antidopaje quedaría en ridículo”, afirmó.
Mientras tanto, la forma en que la ITIA manejó los casos de dopaje de Sinner e Iga Swiatek también recibió críticas de la leyenda del tenis Boris Becker. Hablando en Eurosport, dijo: “Sí, es malo para el tenis. Es necesario encontrar una solución sensata para que esto no vuelva a suceder. Si dos de los mejores profesionales de nuestro deporte están involucrados, entonces es perjudicial. Sin lugar a dudas, esto empaña nuestra imagen”.
Swiatek, por otro lado, cumplió una suspensión por dopaje de un mes, que finalizó en diciembre del año pasado. Dio positivo en una muestra fuera de competición y la ITIA aceptó su defensa de que se debía a la melatonina, un medicamento no regulado que se fabricaba y vendía en Polonia.
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