
Si en algo coinciden el ex rey -Jordan- y el actual -Lebron- es que el probable futuro monarca es un “alienígena” de más de 2,20 apodado Wemby. Ese apodo es el apodo de Víctor Wembyamba, hijo de una gimnasta parisina y atleta de ascendencia congoleña que llegó al campeonato. Un francés que juega de central pero que tiene la habilidad de un delantero y la visión de un base. “Es la mezcla de muchas grietas, la proyección más sólida que he visto; es como un jugador creado en 2K, el base de dos metros de altura. Es genial verlo jugar”, comentó Stephen Curry, la gran figura de los Warriors en nba
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Los elogios son constantes pero merecidos para un joven que fue reclutado #1 esta semana y seleccionado por los San Antonio Spurs. Pocas veces un jugador ha llamado tanto la atención antes de salir de Europa. Solo el esloveno Luka Doncic apareció en la portada de Slam Magazine antes de unirse al draft hasta que lo hizo Wembanyama hace unos meses. Sus méritos en el Metropolitans 92, club francés donde milita, son claros: 21,6 puntos, 10,5 rebotes, 3,1 tapones para un 26,2 de valoración en la competición larga, con un 28,3% en tiros de tres, un 55,3% en dos y 83,7% en tiros libres, una competitividad senior a pesar de tener 18 años. El pago por tanta belleza también es brutal: Wemby ganaría 150 millones de dólares al año, sin contar los patrocinadores.
el nuevo santo
El club que le recibe sabe que talentos como Wemby marcan un antes y un después en una franquicia. Los San Antonio Spurs pasaron por cosas así cuando firmaron a David Robinson en los 80 ya Tim Duncan en los 90. Saben cómo cultivar ese tipo de talento. Y está el veterano Greg Popovich, quizás el mejor entrenador de la liga, que todavía busca ser campeón nuevamente. Los Spurs, que han sido fieles en estos años tras la marcha de Duncan-Parker-Ginóbilli, esperan en este francés el eje que necesitan para su reconstrucción. Antes de la compra, devolvió la flor: “(Texas) era donde quería vivir y jugar durante años”.
Los analistas de la NBA son unánimes en las tremendas posibilidades técnicas del europeo, pero apuntan a una debilidad física -brazos y piernas muy delgadas- que puede, al menos en los primeros años, ser un problema para que gente como Jokic se imponga en la pintura (Denver) , Davis (Los Ángeles) o Adebayo (Miami). Son muchos los casos de promesas que no logran ingresar a las grandes ligas porque su respuesta física no está a la altura de su manejo técnico. Las -pocas- dudas no son de mentalidad, sino de fuerza en las extremidades.
Scoot Henderson, seleccionado en el segundo lugar del draft pero que ya probó con éxito en la preliga de la NBA en las últimas dos temporadas, opinó que merecía ser el número uno en el draft. Eso sí, estaba más preparado para responder rápido en la NBA; pero él sabe, y admite, que en dos o tres años Wemby podría volverse francamente indómito. La NBA y nosotros estamos pendientes.
