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Por qué Erik Ten Hag optó por Andre Onana al descartar a David De Gea | Noticias de futbol

Carles Busquets, padre de Sergio, pasó la mayor parte de su época en el Barcelona como suplente del imponente Andoni Zubizarreta. Pero un día, en 1993, Johan Cruyff, el visionario entrenador, pondría a Busquets en la plantilla por delante de Zubizarreta. A los sorprendidos asistentes, el holandés les explicaba pacientemente: “Andoni es un portero excepcional, pero no es bueno con los pies, Carles quizás no sea tan bueno como él con las manos, pero con los pies claramente lo es. Y ese es el futuro del portero”.

Busquets, que pasó sus primeros días en la cantera de La Masia soñando con ser delantero, usaba tanto los pies que se burlaban de él llamándolo “portero sin manos”. Pero Cruyff, un profundo pensador del juego, estaba imaginando el futuro, cómo evolucionaría el papel del portero después de que se modificara la regla del pase hacia atrás en 1992 (por la cual un portero no puede recoger un pase directo con las manos), y cómo un La destreza del portero con los pies se volvería tan importante como su capacidad para debilitar los tiros con las palmas. La intuición de Cruyff era tan divina que solía utilizar el portero-barrendero (término acuñado atribuido al ex entrenador del Manchester City Joe Mercer) incluso antes de que se modificara la regla del pase hacia atrás. El portero como undécimo jugador de campo, constantemente involucrado en la acción, en lugar de ser un participante distante y a menudo pasivo.

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